miércoles, 6 de julio de 2011

¿Llorar?


¿Llorar? ¿Esa es su propuesta?

¿Y qué pasa con todas las veces que he llorado hasta quedarme sin aliento para tratar de sacar todo lo que siento, simplemente porque “no lo debería sentir”?

¿Qué hay de todas las veces que lloro por dentro cuando pasa al frente, y suspiro?

¿Qué pasa con cada canción, cada verso, cada escrito e imagen que es “para dedicar”?

¿Dónde queda cada sonrisa para disimular un llanto amargo y triste?

¿Qué putas hago con todos los sentimientos que van desde celos hasta odio, pasando por “el amor y otros demonios”?

NO, no me pida que llore, no más… ya estoy harto de llorar, y si usted no ha sabido escuchar mi llanto, es solo porque no ha querido. Por miedo… o por algo que yo no sé que es, pero no me pida que llore, porque lo hago todos los días, a cada minuto, por usted, con la esperanza estúpida de que me escuche y me dé algo más que una indirecta invitándome a llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario